Cuando tenemos un bajo estado de ánimo, nuestras emociones cambian sensiblemente. Puede que tengamos muchas ganas de llorar, que notemos tristeza, y no es infrecuente que aparezcan otros sentimientos como la irritabilidad y la ansiedad. Incluso, a nivel corporal, suelen producirse cambios, como por ejemplo, notar un cansancio continuo y excesivo, pérdida de apetito problemas de sueño, opresión en el pecho y otros más o también un descenso en el deseo sexual.
Día Mundial de la Lucha contra la Depresión
13/01/2020