¡Bienvenida a la guía completa sobre lactancia materna de Clínica González!
La lactancia materna es una forma natural y beneficiosa de alimentar a tú bebé, pero también puede venir con sus desafíos. Nuestra guía le proporcionará desde técnicas de colocación y agarre, nutrición para madres lactantes y soluciones a los problemas más comunes.
También explicaremos cómo crear un entorno favorable a la lactancia, cómo prepararse para volver al trabajo y dar el pecho, y cómo destetar al bebé.
¡Empecemos ya!
¿Qué es la lactancia materna?
La lactancia materna es el proceso natural en el que la madre alimenta a su hijo recién nacido mediante la secreción de leche de sus senos. Es el principal alimento recomendado para el bebé durante al menos los primeros dos años de vida.
Beneficios de la lactancia materna
Lo primero que debemos tener muy claro, es que la lactancia aporta beneficios tanto a la madre como al bebé.
A continuación una lista de los más destacados:
-Transmisión de anticuerpos de la madre al bebé, lo que contribuye a reforzar su sistema inmunitario y a protegerlo frente a las enfermedades.
-Reduce la probabilidad de que tanto la madre como el bebé padezcan diversos problemas de salud, como obesidad, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
-Facilita el vínculo entre la madre y el bebé, que es fundamental para el desarrollo emocional y social del bebé.
-Proporciona una nutrición completa al bebé en forma de leche materna, que contiene todos los nutrientes, vitaminas y minerales esenciales que el bebé necesita para desarrollarse y crecer.
-Ayuda al desarrollo de los músculos bucales del bebé, lo que se traduce en un mejor desarrollo del habla y una mejor salud dental en el futuro.
-Ayuda a la madre a perder el peso ganado durante el embarazo
-Disminuye el riesgo de depresión postparto y reduce las probabilidades de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de mama y el de ovarios.
-La lactancia induce la liberación de hormonas que favorecen la relajación y el establecimiento de vínculos afectivos, lo que conduce a una experiencia de maternidad más tranquila y satisfactoria.
-Es económica y cómoda, ya que elimina la necesidad de utilizar leche artificial y material de alimentación
La leche materna
Proporciona todos los nutrientes necesarios para el crecimiento del bebé. Se digiere fácilmente y se adapta a las necesidades del bebé. Además, favorece el desarrollo de los músculos bucales, mejorando el habla y la salud dental en el futuro. Los recién nacidos requieren la leche materna hasta los seis meses de edad, ya que será su único alimento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge en su libro La alimentación del lactante y del niño pequeño los componentes principales de la leche materna, que son:
Grasas: La leche materna contiene 3,5 gramos de grasa por cada 100 mililitros, aunque la cantidad que recibe el lactante varía a lo largo de la toma. La grasa se concentra especialmente al final de la toma, por lo que la leche presenta una textura más cremosa que al inicio. Las grasas de la leche materna son importantes para el desarrollo neurológico del niño
Carbohidratos: El principal es la lactosa, cuya presencia es más alta que en otro tipo de leches y sirve como fuente de energía. Otros hidratos de carbono presentes en la leche materna son los oligosacáridos, importantes para combatir infecciones.
Proteínas: La leche materna contiene una menor concentración de proteínas que la leche normal, lo cual la hace más adecuada para los lactantes. Algunas de estas proteínas son la caseína o la alfa-lactoalbúmina. La beta-lactoglobulina, una proteína presente en la leche de vaca y que puede provocar intolerancia a la lactosa, no está presente en la leche materna.
Vitaminas y minerales: La leche materna ofrece la cantidad adecuada de la mayoría de las vitaminas, a excepción de la vitamina D. Para corregir esa carencia, se debe exponer al bebé a la luz del sol para que la genere de manera endógena, o si no, mediante suplementos vitamínicos.
Factores anti-infecciosos: Entre ellos se encuentran las inmunoglobulinas, los glóbulos blancos, las proteínas del suero o los oligosacáridos.
Factores bioactivos: Algunos de ellos son la lipasa, que ayuda a la digestión de la grasa en el intestino delgado; o el factor epidérmico de crecimiento, que estimula la maduración de las células de la mucosa del intestino para mejorar la absorción y digestión de los nutrientes.
Comenzar con la lactancia materna
Embarcarse en el viaje de la lactancia materna puede ser una experiencia desalentadora para las madres primerizas.
Dos importantes pasos son:
1)Encontrar una postura cómoda tanto para ti como para tu bebé.
El agarre de cuna y el agarre de balón son dos técnicas populares que puedes probar. Para empezar con la posición de cuna, siéntate en una postura relajada con la espalda apoyada, sujeta la cabeza del bebé con una mano y guíalo hacia el pecho con la otra.
2) Asegurarse de que el bebé se agarra bien al pecho es fundamental
Un agarre correcto puede evitar el dolor en los pezones y garantizar que el bebé recibe suficiente leche. Para que el bebé se agarre bien al pecho, asegúrate de que tiene la boca bien abierta, los labios hacia fuera y la lengua debajo del pecho.
Periodos de lactancia
Se establecen 2 periodos principales de lactancia y según la OMS, la lactancia materna puede extenderse hasta que el niño cumpla los dos años o incluso durante más tiempo si así lo desea la madre.
De cero a seis meses:
Durante este periodo la leche materna debe ser el único alimento del bebé, excepto si necesita algún tipo de suplemento vitamínico. No es necesario que el bebé tome agua u otro tipo de líquidos: según la OMS la propia leche materna contiene un 88 por ciento de agua, por lo que es suficiente para saciar al lactante.
Se llama calostro a la leche materna que se producen durante los dos o tres primeros días tras el parto. Esta leche contiene una mayor cantidad de proteínas y minerales. En adelante, la leche va reduciendo su porcentaje de proteínas y aumenta el contenido en grasas y lactosa.
En este periodo no hay que establecer un horario para amamantar, sino que el bebé tiene que ser alimentado cuando lo necesite. Generalmente se dan entre 10 y 12 tomas diarias que duran entre 10 y 20 minutos.
Desde los seis meses en adelante:
A partir de los seis meses, el niño comenzará a necesitar más alimento que el proporcionado por la leche materna. Esta sigue siendo igual de necesaria, y el aporte mínimo diario no debe bajar de los 500 mililitros. Las tomas suelen ser de cuatro o cinco por día hasta el primer año, y a partir de entonces se irán reduciendo de forma progresiva.
Bebés prematuros:
El pediatra determinará si un bebé prematuro puede ser amamantado o no, dependiendo del desarrollo que haya alcanzado.
Las tomas de los bebés prematuros suelen ser más frecuentes de lo normal, y además no suelen succionar toda la leche que necesitan, por lo que es frecuente administrar posteriormente leche previamente extraída.
En algunas ocasiones, la madre puede dejar de producir la cantidad de leche necesaria para su hijo. En estos casos se recurre al método canguro, que consiste en el contacto directo entre la piel del neonato y la madre, lo que estimula la producción de leche.
Conservación de la leche
La leche materna puede ser extraída y conservada para alimentar al bebé en ausencia de la madre o para evitar problemas de acumulación. El calostro puede conservarse a temperatura ambiente durante 12 horas. La leche madura puede durar más tiempo según la temperatura de conservación:
- Más de 30º: cuatro horas
- Entre 25 y 30º: de cuatro a seis horas
- Entre 19 y 22º: 10 horas
- A 15º: un día.
- Refrigerada, entre 0 y 4º: ocho días.
- Congelada: puede ser conservada según el tipo de congelador utilizado. En un congelador dentro de la nevera, puede durar hasta dos semanas. Si se trata de un congelador separado, la leche puede conservarse de tres a cuatro meses. Si decides congelarla, te sugerimos descongelar sumergiendo el recipiente en agua caliente y evitar volver a congelarla una vez descongelada
Técnicas de posicionamiento y agarre para la lactancia
Posiciones: puedes optar por la posición de cuna, la posición de cuna cruzada, la posición de balón de fútbol o la posición tumbada de lado. Una vez que se sienta cómoda, intente que el bebé se agarre bien al pecho, es decir, que se lleve a la boca gran parte de la areola y no sólo el pezón.
Agarre: Un buen agarre no sólo garantiza que el bebé tome suficiente leche, sino que también evita molestias o dolor a la madre. Por el contrario, un mal agarre puede provocar dolor en el pezón, poca producción de leche e incluso un destete precoz. Con la posición y las técnicas de agarre adecuadas, puedes proporcionar a tu bebé todos los beneficios de la leche materna.
Nutrición para madres lactantes
Se recomienda incorporar una amplia selección de alimentos de todos los grupos, como frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas beneficiosas. Además, las madres lactantes deben asegurarse de estar bien hidratadas bebiendo mucho líquido, sobre todo agua. Un buen consejo es mantener una botella de agua cerca y beber sorbos regulares a lo largo del día.
Hay algunos productos que pueden aumentar la producción de leche, como la avena, el fenogreco y el hinojo. Sin embargo, es esencial hablar con un profesional sanitario o un especialista en lactancia antes de realizar cambios drásticos en la dieta o tomar suplementos.
Por último, algunas madres lactantes pueden detectar sensibilidades o alergias alimentarias en sus bebés. En estas situaciones, se sugiere vigilar los alimentos consumidos y cualquier síntoma en el bebé, como mal humor, erupciones o diarrea. Podría ser necesario eliminar ciertos alimentos de la dieta o pedir consejo a un profesional sanitario.
Salud de la madre
Nutrición:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un ligero aumento del 10% en la ingesta de alimentos si la madre no es físicamente activa, o del 20% si realiza ejercicio moderado o intenso de forma habitual. También se puede considerar aumentar la frecuencia de alimentos ricos en yodo, vitamina B12 y vitamina D para suplir posibles deficiencias que puedan afectar al desarrollo del bebé.
Actividad física:
Las mujeres que ya realizaban ejercicio activo antes de la lactancia pueden continuar con sus rutinas sin necesidad de realizar cambios significativos. Sin embargo, no se recomienda iniciar un ejercicio intenso si no se practicaba antes o durante el embarazo, ya que puede disminuir la producción de leche y darle un sabor amargo debido al aumento de ácido láctico. Asimismo, se desaconseja nadar durante las primeras cinco o seis semanas posteriores al parto debido al riesgo de endometritis.
Tabaco: La nicotina del tabaco se transmite a través de la leche materna, lo que puede afectar al sueño del bebé. Sin embargo, es más saludable amamantar al bebé que no hacerlo, a pesar de la transmisión de nicotina.
Alcohol: El alcohol se transmite rápidamente a las glándulas mamarias, aunque no se almacena en ellas. Puede provocar un olor fuerte en la leche que puede causar rechazo en el bebé. Por tanto, no se recomienda consumir alcohol durante los primeros tres meses de lactancia.
Cafeína: La cafeína también se transmite a través de las glándulas mamarias y puede causar irritabilidad y trastornos del sueño en el bebé.
Medicamentos: Según el informe del Comité de Lactancia Materna de la AEPED, la mayoría de los medicamentos recetados a mujeres lactantes no interfieren con la lactancia. Existe una compatibilidad casi siempre posible entre la lactancia y los medicamentos.
Desafíos comunes de la lactancia y soluciones
En ocasiones, pueden surgir dificultades en la lactancia que afecten tanto a la madre como al bebé. A continuación, se describen los problemas más comunes y algunas soluciones:
Pezón plano o invertido: Puede dificultar la succión del bebé, pero se puede utilizar una pezonera o un sacaleches para facilitar la extracción de leche.
Dolor o grietas en la mama: Suelen ser causados por una mala postura al amamantar o por problemas de succión del bebé. Aplicar la propia leche sobre la grieta o amamantar con el pecho no dolorido primero puede aliviar el dolor.
Ingurgitación: Es el dolor causado por la acumulación de leche en las mamas. Se recomienda extraer la leche, utilizando un sacaleches si el bebé no la toma, y aplicar calor sobre los senos para facilitar el flujo de leche.
Mastitis: Es la inflamación de los lóbulos de la mama debido a la retención de leche durante mucho tiempo. Puede presentar síntomas similares a los de la gripe. Se trata extrayendo la leche y descansando. Tomar analgésicos puede aliviar los síntomas.
Rechazo del bebé: Si el bebé muestra resistencia a mamar de uno o ambos senos, es importante identificar la causa del rechazo. Puede estar relacionado con la postura de amamantamiento, la forma del pezón, lesiones del bebé, mastitis, experiencias previas negativas, cambios en la rutina, cambios en el olor de la madre o ruidos fuertes durante la lactancia. En caso de persistir el problema, se puede consultar al pediatra.
Crisis de los tres meses: Alrededor de los tres meses de edad, es posible que el bebé muestre mayor inquietud y demande más tomas de leche. Esto se debe a su crecimiento y aumento del apetito. Es importante permitir que el bebé amamante con mayor frecuencia, ya que la producción de leche se ajustará naturalmente a sus necesidades. No se debe recurrir a la leche artificial, ya que puede causar problemas de acumulación de leche.
Mordidas: Cuando el bebé comienza a desarrollar sus dientes, puede suceder que ocasionalmente muerda el seno, causando dolor. Para evitarlo, se debe retirar al bebé del pecho en el momento de la mordida y decirle "no" con seriedad. Después, se puede continuar amamantando. Es posible que se necesite repetir este proceso varias veces para que el bebé entienda el mensaje.
Prepararse para volver al trabajo y dar el pecho
Como madre primeriza, la vuelta al trabajo puede generar preocupación, especialmente si sigues amamantando.
Para una transición más fácil, es importante estar preparada. Establece una rutina de extracción de leche con anticipación y adquiere un extractor de leche de calidad. Comunícate con tu empresa y explora opciones flexibles como el teletrabajo. Introduce el biberón gradualmente antes de volver al trabajo para familiarizar al bebé con este método. Encuentra un cuidador que apoye la lactancia y respete los horarios de alimentación. Mantén la organización en el trabajo y lleva contigo los artículos necesarios, como el sacaleches y las bolsas de almacenamiento de leche. No dudes en buscar apoyo de familiares, amigos y asesores de lactancia. La lactancia materna puede ser desafiante, pero con preparación y apoyo, tú y tu bebé pueden tener un viaje exitoso.
Destete de la lactancia materna
Este proceso puede ser desafiante tanto para la madre como para el niño, y es importante recordar que cada niño es único y no hay un cronograma fijo. Para comenzar, puedes reducir gradualmente la cantidad de tomas diarias, introduciendo leche en biberón o taza. Disminuye progresivamente el número de tomas hasta que el niño esté completamente destetado. Presta atención a las señales del niño y no lo fuerces si no está listo.
El destete puede generar emociones difíciles para la madre, como tristeza, culpa y alivio. Recuerda que es una etapa natural del desarrollo y no significa el fin de la conexión íntima entre madre e hijo.
Conclusión
En resumen, la lactancia materna es fundamental para el desarrollo temprano del niño y ofrece múltiples beneficios para la madre y el bebé. Con las técnicas adecuadas y soluciones para los desafíos comunes, la lactancia puede ser una experiencia gratificante y sin complicaciones. En Clínica González, brindamos un renovado espacio de maternidad y nos comprometemos a ofrecer todo el apoyo necesario para lograr el éxito en la lactancia materna. Cada madre y bebé son únicos, por lo que es importante encontrar lo que mejor funcione para ti y tu pequeño. ¡Confía en nosotros para una feliz lactancia! Visita nuestra clínica hoy mismo.