Cuidados externos e internos de la piel en verano
Además de ser el órgano más grande del cuerpo humano, la piel es muy vulnerable a la exposición al sol y el calor. Es por ello que en verano requiere un cuidado más intenso para preservar su salud. Las altas temperaturas pueden inducir la deshidratación del organismo y, por tanto, también de la piel. Por otra parte, el organismo responde al calor con la transpiración y este exceso de humedad favorece las infecciones (pie de atleta) y las dermatitis, especialmente en las zonas donde hay pliegues. A ello hay que añadir el efecto de la radiación ultravioleta a las largas exposiciones al sol.
Más allá de un alto riesgo de desarrollar un cáncer cutáneo (melanoma), la piel envejece prematuramente, perdiendo su elasticidad y favoreciendo la aparición de arrugas. A corto plazo, una piel mal cuidada puede volverse seca, áspera, descamarse y adquirir una apariencia apergaminada o cuarteada, lo que se debe a la pérdida del factor hidratante que debe evitar la deshidratación de las células de las capas más profundas.
Cómo cuidar la piel
La limpieza y la hidratación son, por este orden, los cuidados más importantes que deben proporcionarse a la piel en verano, si bien la protección frente a la acción de la radiación ultravioleta procedente del sol también es igualmente crucial. Los cuidados básicos se resumen en los siguientes puntos:
- Limpieza: hay que ducharse al levantarse, por supuesto, pero también después de cada baño en la piscina o en el maro, o siempre que la actividad realizada hay supuesto una aumento de la transpiración. La higiene en verano es fundamental para prevenir infecciones, eritemas e incluso la deshidratación.
- Hidratación: las duchas y el hecho de beber agua (2,5 litros a lo largo del día) pueden prevenir la deshidratación de la piel. Sin embargo es conveniente complementar estas medidas utilizando leches hidratantes después de cada ducha, siempre que se haya tomado el sol y antes de acostarse. No hay que olvidar las zonas más secas: talones, codos y rodillas.
Cuando llega el verano, también llega el tiempo de mostrar un poco más de piel ya que el clima es propicio para usar prendas más ligeras, sobre todo si vamos a estar en la playa.
Como en esta época estamos más expuestos al sol, debemos conocer cómo cuidarnos.
- Protección solar: el uso de filtros solares, se tome o no el sol es fundamental para el cuidado de la piel, ya que protege a las zonas expuestas y previene las quemaduras y, a largo plazo, la aparición de melanomas. El moreno se debe adquirirse de forma progresiva, de modo que al principio hay que utilizar filtros de alta protección y, toda vez que se haya oscurecido la piel, reducir en algún grado. Hay que ponerse la crema solar antes de ir a la playa o la piscina y volver a hacerlo cada dos horas o después de cada baño.
- Tomar el sol: los expertos recomiendan que los baños solares no superen los 30 minutos diarios y siempre utilizando un filtro solar adecuado para cada tipo de piel. No se debería tomar el sol en las horas de mayor intensidad de radiación ultravioleta (de 12:00 a 17:00). Y después del baño solar, utilizar siempre una crema hidratante para recuperar la humedad natural de la piel.
- Sudor: las altas temperaturas favorecen la sudoración, pero se puede controlar utilizando ropas amplias, de fibras naturales como el algodón y colores claros (blanco), que favorezcan la circulación del aire en su interior y rechacen la radiación solar. Lo mismo ocurre con el calzado. Si se ha sudado en exceso, debe limpiarse la piel con una ducha y secarse muy bien.
- Alimentación: las verduras frescas y las frutas deben ser un componente fundamental de la dieta del verano, ya que favorecen la hidratación del organismo y, por tanto, también de la piel.
Te compartimos 10 tips para cuidar tu piel en verano:
1. Protector solar
Lo recomendable es utilizar a diario protección solar en todas las áreas que vayas a exponer al sol. Aplicá el producto entre 20 y 30 minutos antes de la exposición y repetí cada 2 horas, o al salir del agua.
2. Complementos
Tampoco olvides utilizar otras medidas de protección como el uso de labial con FPS 15, gafas de sol y sombreros.
3. Ropa adecuada
Utilizá ropa ligera y clara, que cubra la mayor parte del cuerpo, así evitarás la acción directa del sol.
4. Horario para tomar sol
Es importante intentar evitar la luz del sol desde las 10 de la mañana hasta las 17 horas, ya que en ese horario los rayos son más fuertes. Si no puedes evitar la exposición, no olvides protección solar, sombrero y gafas de sol.
5. Hidratación
Además de evitar la deshidratación tan común en verano, tomar agua te va a permitir mantener la hidratación que tu piel necesita para verse suave.
Para mantener la piel hidratada por fuera lo ideal es utilizar una loción refrescante en spray que puedas utilizar durante el día.
6. Limpieza del rostro
Debés limpiar tu rostro 2 veces al día sin falta, ya que en verano transpiración es mayor y los poros se pueden tapar.
7. Exfoliación
En verano -como en el resto del año- es importante la exfoliación para eliminar las células muertas de la piel y permitir su regeneración. Esta rutina de belleza te ayudará a tener una piel suave.
8. Crema hidratante
Es importante utilizar una crema hidratante a base de agua tanto en el rostro como en el cuerpo, esto mantendrá la hidratación en la piel sin que por el calor se genere una película de grasa en la superficie.
9. Eliminar las gaseosas
Aunque estés tentada por el calor, evita consumir gaseosas, ya que éstas son unas de las responsables de la aparición de celulitis y deshidratación de la piel.
10. Vigilar tu piel
Si ves algún cambio en tu piel (color, textura, lunares o manchas anormales) no dudes en consultar con tú médico.
Si alguna alteración de la piel -estética o médica- es detectada a tiempo, hay mayores probabilidades de que los tratamientos funcionen.