Servicio de Traumatología y Ortopedia:
Dr. Edson Serrano del Carpio
- Martes, Jueves y Viernes de 7 pm a 8 pm
- Miércoles y Sábado de 12 pm a 1 pm
Dr. Aldo Alvarado Hinojosa
- Lunes de 9:30 am a 1 pm y de 3 pm a 4 pm
- Martes de 10 am a 12 am
- Miércoles de 4 pm a 6 pm
- Sábado de 10 am a 12 am
Dr. Pablo Tarmeño
- Lunes de 4 pm a 8 pm
¿ Que son los pies planos?
Normalmente entendemos por "pie plano" el que tiene una disminución de la altura del arco longitudinal plantar (también llamado bóveda plantar).
De hecho es un conjunto de trastornos de la alineación cuando el niño está de pie y apoya su peso sobre la bóveda plantar. En esta situación, el talón se desvía hacia afuera (lo que llamamos "talo valgo"), la zona del arco plantar en el medio pie toca el suelo dando una apariencia de pie "hundido" y la parte más anterior del pie se coloca en supinación, es decir, con mayor apoyo de la parte interna.
En el niño existen básicamente dos tipos de pie plano, el pie plano flexible y el pie plano rígido.
El pie plano flexible se caracteriza por ser un pie con una estructura esquelética normal pero con mucha flexibilidad en sus articulaciones. Por ello, cuando el niño se pone de pie y apoya su peso, el puente se hunde y el talón se desvía hacia afuera. Sin embargo, cuando lo hacemos poner de puntillas, vuelve a aparecer el puente y el talón se coloca corregido hacia adentro. El término flexible se refiere a la movilidad de las articulaciones del pie y su capacidad para corregir estos trastornos de alineación. Este es el tipo de pie más frecuente en el niño y se considera una situación de normalidad durante los primeros años de vida.
El pie plano rígido se caracteriza porque existen uniones anómalas entre los huesos del pie. Ello provoca una deformidad con menor altura del arco longitudinal y una desviación en valgo del talón. Cuando el niño se pone de puntillas, la postura del pie no cambia debido a que la movilidad está bloqueada por la unión entre los huesos. Existen dos tipos básicos de unión anómala, entre los huesos astrágalo y calcáneo o entre los huesos calcáneo y escafoides. La primera provoca un bloqueo mucho más rígido. Esta situación es definitiva y no cambia con la edad.
¿Qué hay que hacer ante un pie plano?
Básicamente hay que comprobar que se trate de un pie plano flexible y descartar el llamado pie plano rígido.
El médico debe realizar una completa exploración musculo-esquelética del niño con especial atención al tobillo y el pie.
Es importante también estudiar el patrón angular y rotacional de las piernas y el patrón de marcha para descartar otros componentes de mala alineación esquelética.
Las dos maniobras básicas para comprobar que se trata de un pie plano flexible son el "Jack test" y pedir al niño que se coloque de puntillas.
Cuál es el tratamiento más adecuado?
En general, el pie plano flexible no requiere tratamiento. Se trata de pies normales que evolucionarán espontáneamente hacia una mejoría de la alineación.
Conviene estimular el desarrollo de la musculatura propia del pie mediante ejercicios como caminar de puntillas, o más sencillo, caminar descalzo por casa.
Debemos evitar el uso de calzado rígido porque no permite un correcto desarrollo del pie.
No aconsejamos el uso de plantillas ni otro tipo de dispositivos o calzado ortopédico.
Las plantillas modifican el apoyo de la planta del pie en el momento que el niño pone el peso encima. Sin embargo, no se ha demostrado que tengan efecto en corregir la altura del arco longitudinal interno ni ninguno de los otros trastornos de alineación del pie plano flexible.
Por el contrario, las plantillas contribuyen a que la suela del calzado sea más rígida y ello no favorece el desarrollo muscular del pie. También se ha comprobado que un porcentaje de los niños que utilizan plantillas pueden desarrollar trastornos psicológicos relacionados con la autoimagen delante de sus compañeros de escuela.
Hoy día sólo estarían indicadas en algunas afecciones del pie en las que se producen sobrecargas con aparición de callosidades o dolor.
Tampoco aconsejamos la corrección quirúrgica del pie plano flexible, porque lo consideramos un pie "normal" que mejora con la edad y que no produce problemas dolorosos ni funcionales.
Existen diversas técnicas quirúrgicas que modifican la situación en la que articulan los huesos del pie, justo debajo del tobillo. En general consisten en colocar un soporte entre los huesos astrágalo y calcáneo con el objetivo de aumentar la altura del arco longitudinal interno.
En general sólo indicamos la corrección quirúrgica en casos extremos, generalmente asociados a otros trastornos óseos y en pies dolorosos o con una deformidad progresiva.
En casos de pie plano rígido por uniones óseas anómalas, si es poco sintomático suele ser suficiente con tratamiento rehabilitador que revierta la contractura de la musculatura peronea. Si existen esguinces muy repetidos o dolor que no cede con tratamiento rehabilitador, se ha de plantear una cirugía de resección de la unión ósea anómala.