Insolación y Deshidratación en Niños

La insolación y la deshidratación, están ligadas. En el primer caso, esta se produce por la exposición prolongada al sol que pueden provocar mareos, dolor de cabeza o abdominal y piel seca, como síntomas más saltantes. Lo aconsejable, es proveer al niño de un protector solar superior al factor 30. Así como evitar la exposición al sol entre las 10 de la mañana y cuatro de la tarde. Actividad que para los menores de cuatro años, debe ser totalmente prohibida.

Respecto a la deshidratación, el excesivo calor los hace sudar más, por ello se les debe brindar más líquidos. Ante la evidencia de piel seca, ojos hundidos, escasez de saliva, lágrimas o poca orina. Además de rehidratarlo, se le ubicará en un ambiente fresco, dándole alimentos de fácil digestión como arroz, pollo o pescado, entre otros.