El otoño y el invierno suelen ser sinónimo de estornudos, de gripes, infecciones respiratorias…Es un hecho probado que se trata de la época del año en que los niños más enferman.
Tratar de comprender las causas de ello y saber cómo reducir las posibilidades de contagio ayudará a sobrellevar mejor los meses de frío y a no perder días de clase. En este artículo se describen las principales enfermedades que pueden presentarse en las épocas de más frío:
- Resfriado común o “catarro”.Causado por el rinovirus. Es muy contagioso, especialmente por el contacto de las manos. Es muy propenso a propagarse en ambientes mal ventilados. Un niño puede llegar a contagiarse hasta 6 veces en una temporada. Sus síntomas suelen ser leves, aunque muy molestos: rinorragia, irritación de la garganta, estornudos, tos y sensación de malestar general.
- Gripe. Es leve, pero debe tratase para que no derive en una afección más grave, como la neumonía. Se trata de una afección muy contagiosa, especialmente durante su periodo de incubación. Por suerte, esta puede prevenirse mediante una vacuna. Aunque se halla fuera del calendario de vacunación, es importante para aquellos niños que estén en algún grupo de riesgo. Se distingue del resfriado común en que, además de sus síntomas, acarrea fiebre, y puede conllevar vómitos o diarreas.
- Faringitis. Se trata de una inflamación de la faringe (órgano de la garganta). Pueden ser virales o bacterianas, pero lo segundo es mucho menos frecuente. El principal síntoma es el dolor en la garganta, acompañada a menudo de fiebre. No es extraño que aparezca después de algún otro proceso infeccioso, como la gripe o el resfriado, o incluso que se den los síntomas al mismo tiempo. Es importante tratarla a tiempo para que la infección no se propague hacia otras zonas, como el oído.
- Amigdalitis. Es una inflamación de las amígdalas, producida por un virus o una bacteria. Provoca la aparición de ganglios y afectaciones a la voz. Se puede identificar por un enrojecimiento de las amígdalas, en las que ocasionalmente aparecen manchas blancas provocadas por la infección. Además de dolor agudo, también puede aparecer fiebre y dificultad para ingerir los alimentos.
- Bronquitis. Es una inflamación de los bronquios, los conductos que unen la tráquea con los pulmones. Puede aparecer por culpa de una gripe mal curada. Puede ocasionar dificultad para respirar y tos persistente. También aparece dolor de pecho y, de vez en cuando, congestión. La bronquitis es tan contagiosa como la gripe, por ello es importante que quien la padezca se cubra la boca y la nariz al toser o al estornudar.
- Neumonía.También conocida como “pulmonía”. Es un estadio en que la infección, que puede proceder de una afección anterior más leve, alcanza el interior de los pulmones. También puede ser de origen vírico o bacteriano. Provoca tos con dolor en el tórax, escalofríos y fiebre alta. Es importante controlar su evolución, ya que puede acarrear problemas importantes para respirar.
- Otitis. Se trata de una inflamación del oído, que origina dolores muy punzantes y molestos en esa zona. Puede ser externa (cuando afecta al conducto auditivo) o media (cuando afecta a la parte detrás del tímpano). Es común que aparezca después de un catarro o una faringitis.
En todos los casos es importante tener presente que no se debe tratar la afección con antibióticos, a menos que un médico especialista lo indique. Es muy importante la consulta con tu médico pediatra ante cualquier duda.