El 30 de noviembre se celebra el día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que se identifica bajo el símbolo de un lazo azul. Esta propuesta, que tiene lugar de forma anual desde hace años, pretende visibilizar la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de alteraciones alimentarias y huir de la estigmatización y el exceso de juicios sociales que, de forma frecuente, rodean a este tipo de enfermedades.
¿Qué son los trastornos alimentarios?
Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones y desórdenes mentales que afectan a la ingesta y al peso de la persona que los padece. Pero, más allá de estos síntomas más aparentes, se esconden dificultades psicológicas graves y complejas que repercuten en el funcionamiento normal de la vida diaria de la persona enferma. Algunas de estas dificultades psicológicas son:
- Baja autoestima
- Perfeccionismo y alta auto-exigencia
- Falta de recursos para regular sus emociones (dificultades de gestión emocional)
El número de casos que padecen un trastorno de la conducta alimentaria se estima que ha evolucionado a cifras entre el 4-6% de la población entre 10 y 25 años. De cada 10 afectados, 9 son chicas.
La anorexia y la bulimia nerviosa son los dos tipos de problemas alimentarios más conocidos y frecuentes, en especial en la población adolescente y juvenil, donde su aparición cada vez se produce a edades más tempranas. Esto no quita para que haya nuevos trastornos de la conducta alimentaria que pueden afectar a la salud de la persona que lo sufre.
Trastornos como la pregorexia que afecta a las mujeres embarazadas. La mujer embarazada está obsesionada con no engordar. Lo que no sabe es que puede ver comprometida la posibilidad de utilizar la lactancia materna como forma de alimentación de su bebé.
En el abordaje de este tipo de trastornos es básica tanto la intervención de profesionales especializados como la implicación de familiares y entorno para su recuperación. Puede parecer que una dieta equilibrada solucionará el problema, pero estar siempre a dieta es también un trastorno de la conducta alimentaria. 30 de noviembre: un día para recordar
El 30 de noviembre se recuerda a este tipo de enfermedades y supone una invitación a que ocupen el sitio que merecen en nuestra realidad social y a que se les trate con el suficiente respeto.
Cada año se ofrecen y organizan distintas actividades e iniciativas para lograr una mayor comprensión social de este tipo de patologías. Este año, un ejemplo de estas iniciativas lo encontramos en las acciones que se desarrollan en diferentes instituciones relacionadas con el campo de los trastornos alimentarios:
- Mesas redondas
- Con expertos especialistas en la materia para reivindicar la importancia de tratar los trastornos alimentarios desde una visión interdisciplinar y cualificada.
- Concurso de fotografía
- Bajo el lema “recuerda quién eres” donde se pretende plasmar la importancia de ganar la lucha al trastorno y recordar que hay una vida sin él.
- Participación en medios de comunicación
- Para ayudar a la divulgación de calidad en torno a estas enfermedades.
Superar los trastornos alimentarios
Existe el mito de que los problemas con la alimentación no se suelen curar, pero en esta afirmación hay muy poca verdad, por fortuna, ya que el 80% de los casos diagnosticados de trastorno alimentario se recuperan en su totalidad y sólo una minoría de ellos se convierte en una patología crónica, aproximadamente un 20%.
Por este motivo, reconocer esta fecha concreta a nivel internacional supone también una puerta a la esperanza de que, si existe un problema con la alimentación, se tenga muy presente que también existe la solución y la curación. La lucha contra el sufrimiento de quienes los padecen pone de relieve la importancia de pedir ayuda como el primer paso para superar el problema.
En la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria hay que estar muy pendiente de las redes sociales. La relación entre trastornos de la conducta alimentaria y las redes sociales se ha vuelto indisoluble. Muchas personas buscan en redes sociales otras personas que sufran su trastorno alimenticio.